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martes, 3 de septiembre de 2013

Conocer la próstata, el ‘Punto G’ masculino

Conocer la próstata, el ‘Punto G’ masculino
El Punto G se refería inicialmente a la mujer. Descrito por primera vez por el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg en los años 40, su situación, e incluso su existencia, siguen despertando controversia. Pero eso no ha sido obstáculo para que se haya popularizado mucho y para que se haya trasladado el concepto al sexo masculino, siendo una de las principales razones por las que el sexo anal puede provocar placer. Y si bien para la mujer la situación exacta de esta zona álgida para la excitación sexual es bastante difusa, en los hombres no cabe mucha duda en su situación: se encuentra en la próstata. Aunque en este caso, obviamente, no se trata de la principal zona erógena para un hombre.

La Próstata es una de las glándulas principales para la actividad sexual masculina, encargada de segregar una parte importante del semen. Situada alrededor de la parte inferior de la vejiga y pegada a la pared intestinal tiene el “inconveniente” (para casi cualquier hombre hetero) de que la mejor manera de estimularla es a través del recto. Todo un tabú para más de uno. Localizar la próstata es relativamente sencillo, especialmente si existe excitación sexual, ya que este órgano se va llenando de líquido durante cualquier práctica sexual, lo que hace más fácil detectarla. Para ello debe introducirse (con cuidado y mucha lubricación) un dedo por el recto y deslizarlo por la pared anterior del intestino, es decir hacia la barriga y no hacia la espalda. La próstata se notará como un pequeño abultamiento, placentero al tacto, que debe manipularse con cuidado, no ejerciendo una presión directa fuerte, que puede dañar esta glándula.

En Internet es común encontrar testimonios de personas que han llegado al orgasmo solo a través de la estimulación de la próstata. Se trata de una cuestión compleja. El masaje de la próstata tiene como consecuencia la expulsión del líquido que acumula, y esto puede venir acompañado de una cierta sensación de placer, pero no necesariamente de un orgasmo. No se debe confundir esta especie de eyaculación con un orgasmo propiamente dicho, aunque esto es técnicamente posible en casos de mucha excitación. Tampoco es habitual que la estimulación de la próstata no se acompañe de ninguna manipulación de los genitales. En este caso el masaje sí puede mejorar el orgasmo e intensificarlo bastante. De ahí este apelativo de Punto G masculino.

Pero, ¿cómo se realiza un Masaje Prostático? Como decíamos antes, es importante tener cuidado con el grado de presión que se aplica directamente sobre la próstata. No es lo mismo un roce general sobre la zona, como puede ocurrir en la penetración anal, que la presión directa de un dedo en este órgano. El masaje con el dedo debe ser suave y realizando movimientos circulares. La salida del líquido seminal no tiene por qué acabar con la excitación sexual. Este tipo de masaje, o de ordeñado, como se lo conoce en ámbitos de dominación y sadomasoquistas, puede provocar la salida del líquido sin apenas placer para el hombre, pero con la ventaja de que no hay periodo refractario. Esto es, el tiempo de recuperación necesario entre orgasmos.

Otra modalidad de masaje prostático puede realizarse desde el exterior, presionando la zona del perineo, entre el ano y los testículos. Aunque es más difícil detectarlo desde fuera, también se puede notar un leve abultamiento en la zona de la próstata. Al igual que si se realiza de manera interna, la presión con los dedos debe ser suave, y en caso de notar dolor o leve malestar es mejor parar.

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